El autor nos descubre en este libro que el objetivo último del anuncio del Evangelio de la Vocación, es el crecimiento de una nueva cultura vocacional, que es la única que puede convertirse en un terreno fecundo, donde cada vocación pueda ser acogida, valorada y amada. Su reflexión parte del significado de la cultura, para luego definir lo que quiere decir cultura de la vocación y descubrir el cometido no solo de la teología sino de la espiritualidad y de una pastoral de las vocaciones. Para ello se debe crear una nueva mentalidad vocacional y que no cuenten ya tanto los números sino el acompañamiento en cada vocación.