El discernimiento es un aspecto esencial de la vida cristiana, como lo es, en realidad, de toda la vida humana bien vivida. Nos sitúa ante nosotros mismos, ante la realidad y ante Dios. El discernimiento apunta al compromiso del seguimiento de Jesús, a la construcción del Reino, a la búsqueda y cumplimiento de la voluntad de Dios.En el fondo, es el arte de la la comunicación entre Dios y el hombre, el arte de entenderse con Dios, de dejarse mirar por Dios, de verse y comprenderse con los ojos de Dios. Es, pues, un camino sapiencial, una expresión orante de la fe.