¿Por qué tantos huyen de la amistad con Dios? La respuesta es bien sencilla: Muchos jamás han creído que Cristo está vivo.
Y esta es la verdad más verdadera posible que existe: ¡Cristo vive! Pero no vive en forma de recuerdo custodiado, ni de homenaje perdurable... Cristo está tan vivo como tú en este instante... Y ese Cristo solo desea una cosa del hombre ¡de ti y de mí!: una amistad personal.
A esta aventura te invita este libro... Lo único verdaderamente bueno de estas páginas es lo que aquí no se escribe... es ese diálogo divino que tú y Él entablareis; ese derroche de amor que se dará entre los dos cuando le enseñes tus heridas y le mires a su rostro...