En la reflexión que está desarrollando la Iglesia y sus instituciones educativas sobre la formación permanente, se necesita una especie de «zona mixta» entre la reflexión teológico-espiritual y la psicopedagogía. Este libro ofrece itinerarios y propuestas para convertir los acontecimientos cotidianos de la vida de cada creyente en el espacio privilegiado para la formación permanente en cualquier creyente en la Iglesia.