MIGNOZZI, VITO / NOCETI, SERNEA
La experiencia cristiana estrictamente personal del discernimiento
puede y debe estar flanqueada por una forma comunitaria del
mismo, que ya no concierne (solo) a la existencia creyente del
individuo, sino a la estructura eclesial en su conjunto. Esto significa
que el discernimiento no es solo
un camino obligado para el cristiano que pretende responder con
claridad vital a la pregunta sobre su vocación o su vida moral o su
vida espiritual, etc.; sino que se perfila también como el camino
principal para una comunidad cristiana que quiere existir como tal
en la historia y en el mundo.
En este enfoque sobre el discernimiento comunitario, por tanto, una
pregunta fundamental nos conducirá entre las líneas del texto:
¿cómo plantear correctamente es decir, desde una perspectiva
auténticamente eclesial la cuestión de qué hacer, como
comunidad de discípulos de Cristo, para ser verdaderamente
Iglesia?