¿Para qué sirven las monjas encerradas? Ellas a diferencia de otras
religiosas, llamadas de vida activa, no están en actividades
caritativas, no tiene escuelas,... El gran valor de este precioso libro,
que bien puede leerse como un auténtico relato que trasciende la
mera crónica, es la prueba evidente de que en los monasterios de
clausura femeninos no sólo rezan, se sacrifican y aman; las monjas
de clausura son la prueba evidente del misterio oculto de Dios. Y es
aquí donde radica su tesoro, su inmensa riqueza y valor. Esa
plegaria de las monjas de clausura es como el corazón que bombea
la sangre a todas partes del cuerpo, que es el resto de la
iglesia.Esas mujeres arrancan del Eterno, a base de mucha oración,
del contacto permanente con ÉL, de sacrificios, de enormes
sacrificios, esas gracias que necesitamos todos. (Del prólogo de
Jesús Sánchez Adalid)