Quisiera ofrecer algunas buenas razones para mostrar que este sujeto sabe ser respetuoso de la naturaleza plural de nuestras sociedades democráticas basadas en procedimientos pactados. Al reconocer como bien político el valor práctico del vivir juntos, sujetos religiosos personales y comunitarios pueden contribuir, y de hecho contribuyen, a la vida buena de la ciudad común.