Es la realidad. Cada día más personas luchan por encontrar
su propia felicidad, y también la de los demás. ¿Y la
encuentran realmente? En cambio, cada día más jóvenes
y adultos se distancian de todo lo que tenga que ver con
Dios. Entonces
¿no está ahí está nuestra gran misión
evangelizadora? Desde la Iglesia podemos mostrarles
una vivencia espiritual de grandísima ayuda. Pero
necesitamos un lenguaje mucho más asertivo, simple y
directo, que transmita vitalidad y entusiasmo.
Este libro está lleno de preguntas y respuestas sobre los
temas importantes de la fe cristiana, que pueden abrir
reencuentros con Dios. Un catecismo para hoy. Para
las personas de hoy, con problemas de hoy. Y, sobre
todo, con el lenguaje de hoy.