ARRIETA OLMEDO, LOLA / ESTÉVEZ LÓPEZ, MARÍA ELISA
Transitamos tiempos inciertos, perdemos seguridades, crece la precariedad,
arrecia el frío en el corazón y el sentido se nubla. Donde
los ojos distraídos no descubren más que razones para desesperar,
es posible, sin embargo, descubrir y anunciar signos de esperanza
que consuelan y alientan. El presente está preñado de esperanza. En
cada realidad, por dura que sea, existe siempre posibilidad de bien,
capacidad para romper con el hechizo de la impotencia.
La esperanza se teje con la confianza tendida hacia el futuro y pone
alas a la paciencia. Nos lleva a mirar siempre adelante con valentía.
Hoy necesitamos hombres y mujeres portadores de esperanza y de
sentido acompañando, consolando, con-padeciendo, alentando los
brotes de V/vida que despuntan en cada persona, en la historia y en
la creación.