Hay cristianos que han oído hablar del mindfulness por recomendación
de su médico, terapeuta o amigos. Al acercarse a esta
práctica, quizás hayan leído que tiene raíces budistas, o que puede
provocar problemas psicológicos, mientras que otras fuentes
afirmarán su efectividad contra la ansiedad y el estrés.
¿Qué hacer? ¿Practico el mindfulness o no? ¿Es malo hacerlo si
soy cristiano? ¿Se trata de un camino religioso? ¿Afectará esto a
mi fe? ¿Cambiará mi psicología?
Este libro explica que es posible un diálogo entre el cristianismo
y los principios del mindfulness, pero no lo hace de una manera
teórica, sino sencilla, amable y con ejercicios prácticos. Cualquier
persona de espiritualidad cristiana que practique el mindfulness
o que quiera empezar, sentirá cercanas estas reflexiones y ejercicios
prácticos.