En toda la historia de la Iglesia, ningún santo ha hecho tantos
milagros como Teresita de Lisieux. Como había prometido «la
santa más grande de los tiempos modernos» (papa Pío X) pasa su
cielo haciendo el bien en la tierra, Teresita se aparece, convierte,
cura, consuela, aconseja, alivia, pero también
provoca pescas
milagrosas, apaga incendios, obre cajas fuertes, paga facturas,
ahuyenta bandidos, para balas e incluso ¡encuentra papeles
perdidos por la administración! Entre los catorce mil testimonios
conservados en el Carmelo de Lisieux, Camille Burette ha
seleccionado los más significativos y conmovedores, los más
divertidos también. Nutren nuestra fe como los relatos de los
milagros del Evangelio. Desde la curación de Édith Piaf a la
conversión de Grégory Turpin, desde los campos de batalla de la
guerra del 14-18 a las familias actuales, Teresita no cesa de
responder a los que la invocan. Siempre con un objetivo: «Amar a
Jesús y hacerlo amar».