Serenidad. Esta es, sin duda, una palabra que al
nombrarla evoca paz, dulzura, tranquilidad, sosiego,
calma, felicidad
La losofía de vida actualmente parece mirar
a otro lado, v ivimos hacia fuera cuando sabemos
que sin tener el «corazón caliente», reconfortado,
abrigado por nuestros propios pensamientos, de
nada sirve situarnos en la vanguardia de la diversión
No está sereno quien no tiene nada (que le
moleste), sino quien entiende por amor lo que
le sucede.