Sobre las relaciones entre el Papa Pío XII y el nacionalsocialismo se han vertido ríos de tinta. Es preciso considerar otras dimensiones mucho más amplias, como serían las posturas de los obispos frente a este movimiento neopagano, la celebración de un Concordato con el Estado alemán bajo Hitler, pero también la Encíclica "Mit brennender Sorge" de Pío XI y las valientes homilías del Obispo de M nster. De esa tensión entre Iglesia y régimen nazi forman parte también la persecución de sacerdotes y el hecho de que diversos grupos de resistencia al nazismo estuvieran anclados en convicciones religiosas o al menos se vieran influidos claramente por el pensamiento cristiano, o más concretamente católico. Todos esos aspectos, aquí estudiados, afectan a un tema polémico, que ha dado lugar a un debate basado frecuentemente en planteamientos muy reduccionistas