Es imposible soslayar la contribución de la Iglesia a la génesis
e historia de Europa, heredera de la tradición judeocristiana,
que universalizó la revelación bíblica y la herencia
grecorromana. Esta obra se propone reivindicar la tradición
cristiana como fuente de inspiración de la sociedad
contemporánea sin caer en la imposición ni el
confesionalismo, mostrando para ello las contradicciones a
que ha llevado el absolutismo de la razón ilustrada. Los
prejuicios ideológicos de quienes leen la historia del
cristianismo y la historia de la España cristiana desde la crítica
de la religión parecen haber olvidado las peores experiencias
de Europa. La actitud suicida de la cultura europea resulta de
la contradicción de pretender vivir de unos valores cristianos
universalizados y al mismo tiempo modificados en su
identidad genuina. El autor se ha ocupado durante años del
pro-ceso histórico, cultural y religioso que lleva a la sociedad
actual. La obra presente no solo aporta la interpretación del
proceso histórico, sino también la fundamentación filosófica y
teológica que conduce a la defensa y propuesta de la Iglesia
en la sociedad democrática.