Los seres humanos somos una realidad bio-psico-socio-cultural-espiritual.
Poseemos, más allá del cerebro, la mente, la conciencia, una
extraordinaria capacidad para interpretar el mundo y darle respuesta.
Este libro diferencia espiritualidad de religión, pero no las enfrenta,
acompaña en una búsqueda honesta, no presa de sectarismo confesional,
ni de dogmatismo escéptico. Incide en que el amor da sentido
a la vida, que soy un ser en el mundo con los demás y para los demás.
Como psicólogo que gusta de observar conductas y de indagar en
sus motivaciones, Urra comparte experiencias de pacientes que le
han mostrado que el ser humano sufre, que el tiempo no todo lo
cura, y que la mente humana escapa en alguna de sus dimensiones al
método de estudio empleado.
Finalmente, argumenta la necesidad de terapia de sentido en adultos
y de dotar a los niños de una dimensión espiritual.
Ojalá muchas personas descubran este libro, una extraordinaria reflexión
de vida que puede ayudar a muchos lectores.