En tiempos antiguos, los niños judíos comenzaban la escuela primaria con el Levítico, no con el Génesis. En cambio, la inmensa mayoría de los estudiantes de teología católicos terminan su formación sin haber leído ni una palabra del Levítico. Y lo mismo les ocurre a casi todos los seglares, religiosas y religiosos interesados en la Biblia. Por este motivo, y para desentrañar algunas de sus claves, este número de Reseña Bíblica se centra en el libro del Levítico.