La labor de educar es una actividad de gran impacto en la vida de sus protagonistas, que deja
una huella decisiva en su identidad y realidad personal. La clave está en esa capacidad de
aprender y dejarse orientar por quienes saben y quieren lo mejor para nosotros.
A partir de esa mirada perceptiva, apreciativa y sabia, el maestro ayuda a enriquecernos con
su hallazgo y, si le dejamos hacer, nos alentará a potenciar ese talento que todos tenemos.
De esto se trata este libro, de cultivar la sabiduría a través de la educación. Es decir, cultivar
el asombro, no como una mera fuente de fascinación, sino como base para aprender con
espíritu de novedad y sana curiosidad.