Cuando los discípulos vieron orar a Jesús, se impresionaron de tal manera que le pidieron que les enseñara a orar. Y así nació el Padrenuestro. De la misma manera cuando hacemos esta misma petición a Cristo con insistencia y rofundidad y sin afán de curiosidad , la respuesta no se hace esperara. Sin embargo hay que preparar el corazón para que tenga la suficiente profundidad como para acoger la respuesta. Este libro es una ayuda para crear el clima adecuado para acoger amorosamente la respuesta de Dios. Jean Lafrance plantea el libro con capítulos que pueden servir como guía para unos Ejercicios Espirituales.