Son cartas de santa Teresa. Escritas desde su celdilla de Avila, o de Toledo, o de Sevilla, pero capaces de llevar su mensaje a larga distancia, a Roma, o a Lisboa, o has Quito, más allá del océano. Capaces, incluso, de cubrir la distancia de los cinco siglos que la alejan y la acercana ti, lector de hoy.