A lo largo de los más de veinte años que estuvo al frente de la empresa familiar, Vito Alfieri Fontana diseñó y produjo aproximadamente dos millones y medio de minas antipersona. A Yo era un hombre de guerra, este antiguo fabricante de armas habla sin tapujos de las dos vidas que vivió: de productor de instrumentos de guerra vendidos en todo el mundo a operador humanitario. Vito Alfieri Fontana narra el proceso de transformación laboral y personal catalizado por la imposibilidad de encontrar una buena respuesta en la pregunta de su hijo: "Pero tú, padre, eres un asesino?". Esta investigación incómoda avanzará en paralelo con el lanzamiento de la campaña internacional para la prohibición de minas antipersona y el zarandeo del escenario político y social italiano que dicha prohibición supondrá. Yo era un hombre de guerra demuestra que quien busca, encuentra. Y quien encuentra, si no quiere mirarse las contradicciones de reojo por siempre jamás, tiene que tomar decisiones en consecuencia incluso cuando esto supone cambiar toda su vida de arriba abajo.