Nuestra vida es como un vía crucis, un camino por el que estamos llamados a tomar la cruz como criterio de nuestras opciones. Por eso el Vía Crucis y la Vita Crucis se cruzan y nos exigen reflexionar para comprender en qué estación nos encontramos hoy.
Nos guiamos por los personajes de la Pasión, cada uno de los cuales encarna una forma de ser que a veces es también la nuestra. Quizás también nos sucede a nosotros que quedamos aplastados bajo el peso de nuestras limitaciones, como Pedro, o que nos aferramos a nuestras seguridades, como el sumo sacerdote.
Con la ayuda de la Palabra podremos comprender en qué etapa de nuestra existencia nos detuvimos para luego continuar más rápidamente hacia la resurrección.