El P. Marcelino Iragui nos sumerge en este libro en las aguas divinas de
esta Madre amorosa, escondida
La Madre oculta. ¿Su nombre? Ruah:
el Espíritu de Jesús, el Espíritu Santo. Necesitamos la gracia de tener un
corazón de niño que, al asomarse a estas páginas, descubra el guiño de
esa Madre escondida en los recodos de nuestro ser más profundo,
invitándonos a la confianza, a dejarnos moldear, a dejarnos hacer, a dejar
en definitiva que Dios sea Dios en nuestra vida.