Cada vez nos maravillamos más del poder del corazón, y cada vez nos
interesamos más por el lenguaje del corazón, los sentimientos y
emociones. Los místicos lo sabían desde siempre. Por eso siempre se
han dirigido al corazón en busca de un contacto más directo con Dios,
y en busca de una profunda respuesta a los grandes interrogantes de
la vida. Sobresaliente entre los grandes místicos, recurrimos a san
Juan de la Cruz en busca de respuestas. El Doctor Místico descubre
con asombro que nuestra razón de ser, de existir es el sorprendente
proyecto de Dios Padre de dar a su amado Hijo una esposa que
comparta su destino. Se trata de un matrimonio espiritual, ya que
Dios es espíritu (Jn 4,24), y el que se une con Dios, un espíritu se
hace con él (1Co 6,17). Matrimonio con el Alma Esposa, que se
inicia en la tierra y se consuma en el cielo.