Todos necesitamos caminar con alguien. Especialmente
cuando nos lanzamos por ese mundo interior de la espiritualidad.
Ahí, el camino compartido se abre a la vida
más auténtica, con sus avances y derrotas. Una experiencia
que nos orienta hacia la mirada de Dios.En este diario lleno de relatos, la autora nos muestra las maravillosas experiencias que ha atesorado como acompañante espiritual durante años. Adentrándose cada día en ese camino para ayudar a otros a vivir y a reconocer que, gracias a esa venta llena de sol, hay mucha más vida que la se ve ve.