En tiempos en que reiteradamente se documenta cómo la tortura sigue siendo una práctica frecuente
en la mayoría de los países, incluyendo nuestras democracias occidentales, se observa que la
definición médico-psicológica y legal de la tortura en general y de la tortura psicológica en particular
es muy borrosa, e impide el avance de la investigación académica en derechos humanos. El presente
libro afronta este reto. A través de un análisis interdisciplinar con elementos médicos, psicológicos,
jurídicos, antropológicos y éticos, el autor formula un marco de comprensión integral de la tortura, sus
mecanismos y sus impactos. Integra la mirada de víctimas y perpetradores con una revisión exhaustiva
de investigaciones sobre la materia, para proponer un giro inusitado en el modo de entenderla: pasar
del estudio de métodos de tortura al de entornos de tortura. El texto los define operativamente y brinda
una escala multidimensional para su valoración. Junto a ello se formula un modelo y una escala de
evaluación de la intencionalidad del perpetrador, de la credibilidad de las alegaciones de la víctima
y del impacto de la tortura desde un modelo integral y humanista. El texto va más allá de la clásica
tortura en el marco del interrogatorio de detenidos para abordar también las nuevas torturas: desde
los tratamientos coercitivos en instituciones sanitarias hasta la prostitución forzada. Finalmente, el
libro hace un análisis del protocolo de Estambul como herramienta forense de evaluación de la tortura,
proponiendo diversas vías de refuerzo y actualización del mismo.