MARTÍNEZ OLIVERAS, CARLOS (ED.)
No está de más recordarnos que vivimos en permanente urgencia
evangelizadora. Junto con la Iglesia toda, la vida consagrada mantiene muy
viva esa conciencia misionera que quiere dialogar con el mundo, sabedora de
que, como dice Francisco: «Nosotros no tenemos un producto que vender, sino
una vida que comunicar: Dios, su vida divina, su amor misericordioso, su
santidad». Este libro ofrece una buena y cualificada reflexión sobre la misión
bajo múltiples aspectos y dimensiones, ahondando no sólo en el qué es lo que
hemos de hacer, sino en el cómo y en el por qué hay que hacerlo.