En la imperial y famosa Tarraco (Tarragona) de los romanos, un obispo querido por todos muere quemado vivo. El testimonio de la fortaleza de la fe en aquellas primeras y pequeñas comunidades cristianas.
Vista previa: SAN FRUCTUOSO, PADRE, PASTOR, MÁRTIR
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información