Tanto la identidad propia del ministerio como la misión de la Iglesia en
nuestro tiempo, piden que los presbíteros vivan una existencia de hijos, de
hermanos y de padres, en la que todos los hombres puedan percibir la
Iglesia como familia de Dios.
Sin embargo, esta llamada a vivir familiarmente, en medio y al servicio del
Pueblo de Dios, debe afrontar actualmente graves dificultades que no es
posible obviar. El presente volumen ofrece, siguiendo el itinerario propuesto
por la enseñanza del Concilio Vaticano II, algunas notas sobre la naturaleza,
el ministerio y la espiritualidad de los presbíteros, con la finalidad de sugerir
indicaciones concretas para el ejercicio del ministerio en el cambio de época
que vivimos.