El Concilio Vaticano II sorprendió a muchas personas al afirmar
que la Iglesia venera la Sagrada Escritura, al igual que el Cuerpo
de Cristo. El Concilio afirma además que en la celebración litúrgica
se nos reparte el pan de la vida. Pues bien, ese pan que nos
alimenta mientras vamos de camino es el Cuerpo de Cristo y es
también la Palabra de Dios (cf. Dei Verbum, 21).
Con este libro se concluye un proyecto iniciado hace tres años
queriendo ofrecer oraciones inspiradas en los evangelios del domingo
de cada uno de los ciclos litúrgicos. Se presenta con el
deseo de ofrecer una ayuda para la meditación personal, para la
celebración de la Palabra de Dios o para la oración de diversos
grupos y encuentros pastorales.