Entre 1551 y 1583, en los índices promulgados por las inquisiciones
de Portugal y España se prohibieron un total
de once oraciones en lengua vulgar. La presente obra
analizará las cinco que sobrevivieron al rigor inquisitorial:
Oración de la Emparedada, Oración de san León papa,
Oración de san Cristóbal, Oración de san Cipriano y Oración
del Justo Juez.
La censura específica de estos textos fue una de las formas
del catolicismo de controlar la piedad privada y la religiosidad
popular. De esta forma, se ordenó la depuración
de los elementos supersticiosos presentes en las formas de
devoción católica, que fueron también objeto de la crítica
reformista. La oración, un elemento primordial en el rito
católico, se convirtió en objeto de polémica y, en ocasiones,
se asoció a formas desviadas de piedad.
Las oraciones censuradas analiza las causas y los efectos de
la prohibición de estas cinco oraciones, en el que se muestra
de qué manera se ejerció el control de la devoción en
lengua vulgar, mediante la erradicación de una lista precisa
de textos y de las prácticas piadosas asociadas a ellos.