Mujer empeñada apasionadamente en el diálogo entre "letras" y "experiencia", entre la razón y el corazón, trabaja incansable en la creación de verdaderas comunidades de fe donde se viva a la luz del Espíritu. Quinientos años después, Teresa sigue siendo actual. Ella recuerda profética y esperanzadamente a quien se adentra en su obra: "No echen culpa a los tiempos, que para hacer Dios grandes mercedes siempre es tiempo".