Recorriendo algunos pasajes de los evangelistas Lucas y Mateo, Ermes Ronchi subraya, con un estilo poético, la esencia, la maravilla, la revolución de nuestra fe. Una reflexión a partir de la visión más vulnerable de Dios, cuando es un bebé, un recién nacido.
Dios viene como mendigo de amor. Una manera de volver al centro del Misterio: el nacimiento de Jesús. Y es ahí donde reside el prodigio más grande: Dios de carne. Todo esto sucede, en Navidad, con el abrazo de Dios.