PRÓLOGO. EL DILEMA MORAL QUE IMPLICA MATAR, por Javier Rodrigo.-NOTA DEL AUTOR.-SIGLAS UTILIZADAS.-INTRODUCCIÓN.-La cultura de guerra.-La monumentalización del dolor.-Una escuela de vida.-CAPÍTULO 1.-Una guerra fascista.-Un viaje exótico y secreto.-El servicio postal y la censura.-El buen italiano.-Visibles pero vencidos.-El amargo sabor de la victoria.-CAPÍTULO II.-El anhelo de un joven fascista.-Del resplandor de Cádiz al fango de Guadalajara.-De uno a otro mar: la campaña del norte.-Lejos del frente: la retaguardia riojana y soriana.-La ofensiva de Aragón y Levante.-CAPÍTULO III.-La guerra también era aburrida.-Italianos y españoles: tan iguales, tan distintos.-Mujeres reales e imaginadas.-Una verdadera guerra moderna.-La moral por los suelos.-Cartas ejemplares y propaganda.-CAPÍTULO IV.-La retaguardia italiana.-Los rostros del enemigo.-Los hijos pródigos.-La bella muerte.-EPÍLOGO.-FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA.-ILUSTRACIONES.-ÍNDICE DE NOMBRES.
Este libro trata de la realidad terrible de la guerra desde la complejidad de unas experiencias vitales y de sus narrativas personales, las cartas de los soldados italianos que llegaron a España a combatir en la Guerra Civil (1936-1939). Se podría haber titulado «Matar lejos de casa», al fin y al cabo el acto característico de los hombres en la guerra no es morir, sino matar, y a eso vinieron a España aquellos miles de soldados más o menos forzados en una guerra de agresión fascista. Se ha titulado Morir lejos de casa porque el análisis se centra en una subjetividad mediada cultural e históricamente, una trama de sentimientos, emociones, motivaciones y expectativas tantas veces frustradas. En la vivencia intensamente despersonalizadora de la guerra, la propia identidad se resistía a su desaparición y lo hacía gracias a la escritura, único puente directo entre el frente y los afectos en la retaguardia, último refugio ante una situación hostil y precaria, válvula de escape ante el dolor y el miedo, porque solo el acto de escribir liberaba a los individuos de la tiranía del presente. «Pese al heroísmo, a la retórica, a la inconsciencia o la temeridad, nadie quiere morir lejos de su casa» (prólogo de Javier Rodrigo).