FIGUEROA SERRA, MARÍA DEL CARMEN
Cuando la Palabra toca el corazón, Dios pone la mesa y puede comenzar el banquete. Es cuestión de quedarse, sentarse a su lado y escuchar, Después, el aleteo del Espíritu repartirá el Pan y todo hambriento podrá saciarse. El camino que la Iglesia nos ofrece en los fragmentos evangélicos de los tres ciclos del Año Litúrgico es un peregrinar a través de los misterios de Cristo.