Este libro ofrece una guía necesaria para entender por qué Marx no está muerto y por qué el muro de Berlín no cayó, sino que se reconstruyó de otro modo: porque Marx no es un pensador económico, es un filósofo, un crítico de la religión, un profeta secular. Su pensamiento está erigido sobre una base filosófica profunda, en diálogo y ruptura con la tradición occidental.
Tras abordar la vida temprana de Marx, sus principales obras y sus conceptos centrales (materialismo dialéctico, lucha de clases, y alienación), examina las polémicas contra otros socialistas y la crítica de Voegelin a la naturaleza gnóstica del pensamiento marxista. Incluye también una discusión sobre el supuesto antijudaísmo en los escritos del joven Marx.