Elvira Lindo recorre en estas páginas aquellos lugares de Nueva York que tienen algo especial, escenarios que evocan situaciones personales o que pertenecen al imaginario colectivo. Lindo se retrata a sí misma a medida que descubre las calles por las que un día caminaron Salinger o Lorca. Al hacerlo, nos revela la esencia de algunos lugares que existen todavía y otros que permanecen en el corazón.