Daniel Pittet, de 58 años de edad, relata en este libro
el largo camino de sanación tras el calvario sufrido
cuando tenía nueve años. Fue violado por un sacerdote,
Joël Allaz, durante cuatro años de su infancia.
Consiguió recuperar su vida gracias al apoyo de la
gente cercana y de su fe: «Muchas personas no
pueden comprender que no le odie. Le he perdonado
y he construido mi vida sobre este perdón». Todo un
testimonio cuyo prólogo ha escrito el papa Francisco.
El epílogo es una entrevista con el padre Joël Allaz,
la primera manifestación pública y sincera de sus
actos. Una confesión inaudita: «No puedo pagar la
deuda contraída con mis víctimas; procuro, cuando
es posible, encontrar soluciones. Por esta razón
acepté testificar en el libro de Daniel».