¿Qué vinculación hay entre el proyecto mesiánico de Jesús y el de la Iglesia
actual? ¿Se puede afirmar que la religión cristiana corresponde a la Iglesia
primitiva? Si Jesús creó una comunidad de discípulos, ¿qué es lo que justifica
la evolución teológica que ha llevado a que se identifique la Iglesia con el clero
y que como institución se imponga a la comunidad? ¿Depende la eclesiología
solo de la cristología o necesita a la pneumatología? ¿La estructura apostólica
de los orígenes permite una reforma de los ministerios actuales? Estas son
algunas de las preguntas sobre los orígenes del cristianismo que responde
este libro.
Se tratan también cuestiones actuales. ¿Se puede hablar de la sinodalidad y de
la Iglesia en salida, que propugna el Papa Francisco, como de una actualización
de la reforma que pretendió el Concilio Vaticano II? La distinción sacramental
entre los obispos y los presbíteros, afirmada por el Vaticano II, ¿tiene base
permanente en la tradición teológica? ¿El concepto de monarquía es válido
para el papa y para los obispos en sus diócesis? ¿Se puede hablar de una
eclesiología comunitaria que parta de los laicos y que tenga su punto de
partida en la parroquia? ¿Cuál es la antropología y la teología desde la que se
plantea prohibir el ministerio sacerdotal a las mujeres? ¿Se puede propugnar
una teología de los sacramentos en la que juegue un papel el aprendizaje y
creatividad del cristianismo?
Estas son algunas de las cuestiones que se abordan en un momento histórico
de transición hacia otro modelo de Iglesia que responda a las necesidades
actuales y que sea coherente con el proyecto mesiánico de Jesús y con el
surgimiento de la Iglesia en un proceso trinitario.