En el mundo se multiplican las comunicaciones sociales, y a la vez crece en el ser humano la sensación de aislamiento y soledad. ¿Cómo conciliar la exigencia de autoafirmación individual y el anhelo constante de establecer relaciones auténticas y profundas?
A mediados del siglo xx, Chiara Lubich descubre vitalmente el salto cualitativo que experimenta la vida de las personas cuando están unidas en el amor de Cristo: paz, alegría, luz para tomar decisiones
Jesús en medio no es un concepto, una doctrina o una ideología; es la presencia real del Resucitado tal como él mismo prometió: «Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mt 18, 20); es decir, no solo en los altares de las iglesias, sino en las familias, por las calles, en los lugares de trabajo, en las escuelas
Es la premisa y a la vez el punto de llegada del carisma de la unidad.
Un «Dios cercano» que se ha puesto de manifiesto en la Iglesia sobre todo a partir del Vaticano II.