La religión ha acompañado a la humanidad a lo largo de toda su historia, está presente en todos los pueblos y ha mantenido una relación estrecha con todas las culturas. En las religiones se manifiesta a la vez lo más peculiar de la condición humana, los condicionamientos y las características de cada pueblo y la presencia, callada e inconfundible, de la trascendencia con la que cada ser humano se encuentra habitado y a la que le orienta lo mejor de sí mismo. Las variantes históricas y culturales de los diferentes grupos humanos explican la pluralidad de las religiones. Los teóricos de la secularización divulgaron, a lo largo del siglo XX, la convicción de una pronta desaparición de la religión, al menos en las sociedades avanzadas. Es bien sabido que los hechos no han dado la razón a sus previsiones. Fenómenos como el retorno de lo sagrado, la proliferación de nuevos movimientos religiosos, la adaptación de las religiones establecidas a la situaci n de secularización y la aparición de radicalismos y fundamentalismos en el seno de algunas de ellas fuerzan a muchos a hablar de un "reencantamiento del mundo" y de la necesidad de repensar la religión para explicar la situación de este agitado comienzo del tercer milenio.