Vivimos sin duda en el siglo de la imagen. Sin embargo,
algunos consideran las buenas maneras prescindibles y
arcaicas, y la imagen en general como algo poco auténtico.
Esa idea que los demás tienen de ti, si es positiva,
tiene poder, infl uye en ellos y también en ti mismo; si es
mala, te puede perjudicar, o por lo menos restarte oportunidades.
El prestigio personal y de todo lo que te rodea
es fundamental para conseguir éxito, ya sea en el mundo
laboral, social o personal.
La percepción que los demás tienen de ti no se limita a la
belleza o al modo de vestir. Tener cualidades personales
y refl ejarlas a través de la actitud, del lenguaje verbal y
del no verbal suma muchos puntos.
Resultar agradable es un placer que debería ser redescubierto,
ya que, para que la sociedad funcione, las personas
se tienen que sentir a gusto entre ellas.