De sus 45 Homilías, todas ellas de valor incalculable, se recogen en
esta obra las tres que conciernen al ciclo de la Natividad, es decir: la
nº 38 Sobre la Navidad, la nº 39, Sobre la Epifanía y la nº 40 Sobre
el Bautismo del Señor. Las tres fueron pronunciadas entre el 379 y
el 381. Se trata de unas Homilías de gran profundidad teológica y
pastoral, que dejan entrever esa fe y doctrina "con las cuales -según
Rufino- no puede dejar de concordar todo aquel que quiera definirse
ortodoxo", y que han merecido con toda justicia a su Autor el título
de "Teólogo" y la autoridad manifiesta e indiscutible de la que
siempre ha gozado, aún mucho más allá de las fronteras de la
Iglesia griega.