Hace una década la concejala de Ponferrada Nevenka Fernández, entonces de 26 años, dimitió de su cargo y denunció al alcalde de la ciudad, Ismael Álvarez, por acoso. La Justicia lo declaró culpable, y éste dimitió de sus cargos. Nevenka se marchó del país, lejos de las miradas incriminatorias; él mantuvo su residencia en la capital del Bierzo y, una década más tarde, concurrió de nuevo a las elecciones. El apretado resultado electoral le otorgó un papel decisivo en la configuración de la alcaldía.