Este libro de 'Iconografía teresiana' que se vuelve a editar a distancia de tiempo de su momento original, tiene el mérito de haber sido un estudio pionero entre los acercamientos hechos desde el arte a la figura de Teresa, es decir, a aquella iconografía que ya desde antes de su beatificación (1614) acompañó -en sincronía- el camino de la edición y lectura de sus libros para hacer perdurar su personalidad en el tiempo. Arte y devoción han ido siempre juntos, al compás de la edición del texto, en esa penetración de la figura y obra de Teresa en la cultura universal. De esta combinación aún no nos hemos librado.