A simple vista, no existe nada tan distante como el mundo de la ciencia teórica y el de la teología. No obstante, estos dos ámbitos del saber tienen como pretensión aproximarse lo más posible a la verdad, aunque para muchos los resultados alcanzados se excluyen mutuamente.
Esta obra busca tender puentes que favorezcan un diálogo enriquecedor entre la física cuántica y la teología cristiana. Basta poner en paralelo ambos métodos para comprobar que no se encuentran tan alejados entre sí. Además, el fin perseguido por científicos y teólogos es idéntico: comprender el mundo a través de la realidad experimentada.
Si en el ámbito de la física el sorprendente comportamiento de la materia a escalas muy pequeñas dio origen a las contraintuitivas formulaciones de la teoría cuántica, en el ámbito de la teología los encuentros de Jesús con sus discípulos, tanto durante su vida terrena como después de su resurrección, constituyen el origen y la base de la doctrina cristiana. El asombro que interroga nuestras preconcepciones está en el origen de ambas búsquedas del sentido de lo real.