El astuto Pradera ha tramado en este libro un ardid diabólico (y muy propio
de su ya inveterada perfidia): primero nos encandila con la añagaza de unos
misterios sibilinos que algunos tacharían de capciosos: ¿sabéis cuáles eran las
canciones favoritas de melómanos tan delicados como Sadam Huseín, Francisco
Franco o Adolf Hitler, de sensibilidades tan exquisitas como Lauren Bacall,
Audrey Hepburn o Isabel II (del Reino Unido)?. Muñida esa intriga, el
intrigante procede a saciar nuestros apetitos con una deliciosa (y, por cierto,
divertidísima) catarata de anécdotas, calamidades y portentos que arrojan
una luz nueva o hasta ahora inédita sobre varias decenas de piezas musicales.
¿Sabíais, por ejemplo, que «As Time Goes By» debe su inmarcesible presencia
en Casablanca al inoportuno corte de pelo que padeció la icónica Ingrid Bergman?
(No hemos hallado adjetivos más vulgares.) Pues bien: ese incidente
es apenas el principio de la fiesta. Después vienen cuantiosos despelotes. No
obstante, debemos señalar que esta obra magna no se arredra frente aciertas
observaciones algo sesudas y muy musicológicas, pero su taimado autor las
viste de tal modo que brillan por su claridad hasta en los oídos más obtusos.
Milagros de la divulgación bien entendida.