Actualmente, la pastoral de la justicia y de la libertad es uno de los grandes signos de nuestro tiempo que exige el compromiso claro de una Iglesia que necesita reubicarse y poner su epicentro en las periferias geográficas y existenciales del mundo, contrarrestando, sin cesar, la «carcerofobia» ambiental.
Con la pregunta: «¿Por qué ellos y no yo?», que se hace del papa Francisco cuando acude a las cárceles y con el grito de Concepción Arenal: «Abrid escuelas y se cerrarán cárceles», quienes activan esta pastoral viven de la esperanza que despierta el compromiso con los encarcelados y la implantación de los valores imperecederos que rescatan la libertad. Un libro que rezuma vida y anhelos de plenitud.