La tesis central del autor afirma el ocaso de las potencias creativas que subyacen a la interpretación del mundo y el modus operandi que conforman nuestra civilización. Da cuenta de un nuevo malestar en la cultura, que se expande de forma clandestina en el inconsciente colectivo. Sobre la base de este análisis, Sáez sostiene que el ocaso de Occidente radica en su agenesia (la impotencia de su substrato sociocultural para crearse a sí mismo) y en la necedad que la acompaña (en cuanto pérdida del autoextrañamiento).