El monasterio de San Jerónimo de Buenavista es uno de los monumentos menos conocidos de Sevilla, a pesar de su interés. Fundado en 1414, a extramuros de la ciudad, ha permanecido olvidado durante demasiado tiempo, y ello no se corresponde ni con la importancia de su historia, ni con el interés artístico de lo que de él aún permanece. A lo largo de sus seis siglos de historia ha sido próspero e influyente cenobio, residencia de prelados, alojamiento de reyes, imprenta de Indias, fábrica de vidrios, cementerio protestante y cebadero de ganado. Los trabajos de rehabilitación que, a lo largo de veinte años, han sido dirigidos por el autor de esta monografía han aportado nuevos datos sobre la historia y la arquitectura de este edificio.