GONZÁLEZ DE CARDEDAL, OLEGARIO
Hablar de Dios constituye una necesidad y un atrevimiento, porque El es un exceso infinito que se ha revelado en el exceso del amor creador y en el exceso de la solidaridad, hasta asumir nuestra condición de seres finitos y soportar nuestra violencia, haciendo de su muerte en cruz súplica, perdón e intercesión por nosotros. En la faz de Cristo aparece la gloria humilde de Dios y la vocación gloriosa del hombre.